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MI VECINO


MI VECINO
(Relato verídico)


El día había sido agotador y mi único deseo era llegar pronto a casa y darme un largo baño. Abrí la puerta de casa, tiré mi bolso sobre el sofá y me quité de un plumazo los zapatos.

Inmediatamente me dirigí al cuarto de baño. No podía ni quería esperar por mi merecido baño. Abrí el grifo de agua caliente y dejé que se fuese llenando la bañera.

Desabroché cada uno de los botones de mi camisa negra y la dejé caer. Me miré en el espejo observando el sostén gris plata de encaje que ese mismo día había estrenado. Me gustaba y me encontraba realmente sexy con él. Bajé la cremallera de mi falda de tubo color beige y tiré de ella para poder quitármela. Por motivos de trabajo, siempre he de vestir de falda de tubo estrecho de corte ejecutivo. Me gusta llevarlas bien ajustadas para dibujar bien mi silueta, aunque esto hace que siempre tenga que ir sin tanga ya que sino se marcaría a través de mi falda. Deslizándola por mis piernas, la dejé también sobre el suelo junto a mi camisa.

En el espejo del baño se reflejaba mi cuerpo desnudo vestido únicamente con mi sostén. Lo desabroché. Mis dedos comenzaron a recorrer mis pechos trazando movimientos circulares alrededor de mis pezones que, de inmediato, respondieron al estímulo. Continuaron bajando hasta llegar a mi ombligo. Reflejado en el espejo, vi mi sexo totalmente rasurado. Comenzaba a sentir un cosquilleo en mi entrepierna y decidí meterme en la bañera.

El agua estaba caliente, coloqué una pequeña toalla a modo de almohada y simplemente me tumbé y me dejé llevar…

No sé cuanto tiempo había pasado cuando sentí una mano tapando mi boca. Abrí los ojos asustada y allí estaba. Su rostro estaba cubierto. No sabía quién era ni lo que quería. Intenté descubrirle el rostro pero con su otra mano me sujetó fuertemente las muñecas. De esa forma, me sacó de la bañera y me colocó contra la pared de mi cuarto de baño.

Tras de mí, con una mano sujetando mis muñecas a la espalda y con la otra tapándome la boca me susurró al oído:

-“No te haré daño, solo voy a follarte. Llevo días observándote desde mi ventana; viendo como me provocas cuando te asomas sin ropa, cuando te tocas por las noches a solas, cuando follas con tus amigos y amigas… y tú sabes que te observo cada día y cada noche. Sé que lo buscabas y me has encontrado.”- me dijo con su voz grave y penetrante.

Me sentía desconcertada por la situación. No sabía quién era, pero sentir su voz susurrándome, su aliento en mi nuca… hizo que empezase a excitarme. Bajo su pantalón noté su polla dura y erecta contra mis nalgas. Mi humedad iba creciendo.

Comenzó a lamerme el cuello y a cada lametazo mi respiración se iba agitando. Él notaba como mi excitación iba en aumento. Quitó su mano de mi boca, sabía que no gritaría porque estaba deseando tenerla dentro. Sentí como bajaba la cremallera de su pantalón y noté su polla entre mis nalgas. Empezó a masturbarse entre mis piernas mientras mi humedad le iba lubricando. Mis labios palpitaban por la excitación, ansiosos y expectantes por su penetración. Sentí su glande rozando mi entrada, y… como una explosión entró sin más dentro de mí…

Oh sí, sí, sí…ufff…cuanto necesitaba correrme después de un largo día de trabajo. 
Mis deditos, en colaboración con mi tórrida imaginación, me habían brindado otro alucinante orgasmo.
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3 comentarios:

  1. Buahhhh q pasada m has puesto cachondo en serio.q bien esta el relato.tienes nivel nena...mucho nivel

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  2. Gracias... me gusta poder compartir todas estas experiencias vividas con tod@s vosotr@s y que os lo paséis bien leyéndolas... besitos... ;)

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