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SOY BISEXUAL, EXHIBICIONISTA Y SWINGER


SOY BISEXUAL, EXHIBICIONISTA Y SWINGER
(Relato verídico)

Siempre he sido muy curiosa en todos los aspectos de la vida, y no lo voy a ser menos en el terreno sexual.

No negaré que, ya en mi adolescencia, me quedaba embobada mirando algún bomboncito que se cruzaba por mi camino. Así que varios años después estaba muy convencida de que tenía que probar sexo con una chica, al menos por una vez.

Pensé que la forma más sencilla sería buscarla en un Club Swinger. Elegí el Momentos (Madrid), y allí me fui de cabeza.

Nada más entrar me crucé con una parejita y ¡Oh Dios mío!... ella era un bellezón. Alta, rubia y con un mono que le marcaba unas curvas que quitaban el sentido. Sin apenas darnos cuenta... nos estábamos comiendo la boca. Su lengua y la mía se entrelazaban, jugando dentro de nuestras bocas. Sentía la humedad de su lengua al mismo tiempo que yo sentía la humedad entre mis piernas...

Era tal mi excitación, que comencé a bajarle la cremallera lo suficiente como para poder introducir mi mano. Sentía el calor de su cuerpo, de sus pechos y sus pezones endurecidos. Seguí bajando la cremallera. Necesitaba sentir sus pezones en mi boca para pasar mi lengua y jugar con ellos.

Sus manos se colaron bajo mi falda. Mi sexo palpitaba. Mis piernas se abrieron y sus dedos rozaron mi clítoris.

Mi humedad iba en aumento y su respiración cada vez más agitada.

Nos fuimos a uno de los tatamis y allí terminamos de desnudarnos. Me tumbó y su lengua recorrió todo mi cuerpo hasta que llegó a mi ombligo. Yo no podía con la excitación, mi sexo estaba extremadamente húmedo y mis labios hinchados palpitaban como nunca lo habían hecho.

Bajó su lengua hasta mi clítoris y comenzó a jugar con él. Primero suavemente y presionándolo cada vez más. Introdujo sus dedos en él y así, jugando con su lengua y con sus dedos, me dejé llevar y mi cuerpo explotó en unos espasmos que arquearon involuntariamente mi espalda. Había tenido uno de los mejores orgasmos de mi vida.

Pero ahora quería ser yo la que probase aquel pequeño manjar. La besé, lamí sus pezones y bajé directamente a su clítoris. Ella ya me esperaba con las piernas abiertas. Estaba literalmente empapada. Le pasé mi lengua de arriba a bajo saboreando aquella humedad. Mordisqué su clítoris e introduje mis dedos. Súbitamente sentí como su vagina casi echaba fuera mis dedos. Noté que se estaba corriendo y eso...me excitó aún más.

Las dos nos besamos y nos sonreímos. Ella había sido mi primera chica y, curiosamente... yo la suya.

Cuando miramos a nuestro alrededor, encontramos una veintena de personas rodeándonos y mirándonos. Esa sensación me excitó y entonces descubrí que no solo era bisexual, sino también una exhibicionista y swinger de los pies a la cabeza.
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2 comentarios:

  1. UUUffffff

    Me he quedado de piedra!!

    Wapa!

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  2. Jajajaja... creo que te quedarás más veces se piedra con algún que otro relato... ;)

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