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Mi amiga




MI AMIGA
(relato verídico)


Alguna que otra noche suelo quedar con una amiga horizontal para tomar copas. Ella no es de Oviedo, y cada vez que lo hacemos, suele quedarse a dormir en mi casa.

Un sábado noche decidimos salir las dos solas por la zona más movida de Oviedo. Nos pusimos nuestra ropa más provocadora y sexy, con intención de dar un poco de guerra. A las dos nos gusta bailar, así que por donde pasábamos íbamos caldeando un poco el ambiente con nuestra forma de movernos. Mi amiga no es bisexual pero le gusta que jugueteemos y así provocar a los chicos que nos miran en ese momento.

La noche fue transcurriendo entre Desperados, risas y algún que otro  coqueteo. En el bar en el que decidimos tomar la última, encontramos un par de chicos que después de miraditas y vernos tontear, se nos acercaron. Tras un rato hablando con ellos, una mirada de mi amiga fue suficiente para entender que quería pasar de ellos e irse. Era las cinco de la mañana y el alcohol ya hacía mella en nosotras.

Decidimos tomar un taxi y ya de paso alegrarle un poco la noche a su conductor al ver por el retrovisor como mi mano acariciaba la parte interna del muslo de mi amiga y observar como se perdía bajo la falda de ella. Lo que el taxista no imaginaba era que, bajo esa falda, mi mano no hacía nada de nada debido a la orientación heterosexual de mi amiga. Pero los pequeños gemidos de ella, le hacían imaginar todo lo contrario.

Entre risas y un poco perjudicadas por las Desperados, entramos en casa y nos dirigimos directamente al dormitorio. Mi cama es de 1,50; ideal para dormir dos personas, e incluso tres como ya lo hemos hecho alguna que otra vez.

Ella duerme siempre con unas braguitas y una camiseta amplia que deja aquí, y yo totalmente desnuda, sea verano o invierno. Ya acostadas, comenzamos a hablar de los chicos que habíamos conocido, de la expresión de sus caras al vernos jugar; de los ojos como platos del taxista a través del retrovisor… de las diferentes escenas vividas durante la noche. Entre risas y susurros, nos quedamos poco a poco calladas con intención de dormir.

Estaba empezando a adormilarme, cuando sentí algo. Agudicé mi oído y mis sentidos, y en plena oscuridad los ojos se me abrieron como platos cuando descubrí que mi amiga se estaba masturbando muy sigilosamente, al otro lado de cama. Durante unos minutos me quedé inmóvil, sintiendo sus ligeros movimientos y como su respiración se iba haciendo más fuerte.

Comencé a sentir un calor intenso entre mis piernas y como mi humedad iba poco a poco en aumento. Me giré hacia ella para ver si al moverme, continuaba masturbándose o paraba. Y continuó. Sus movimientos eran cada vez más evidentes y su respiración más entrecortada. Me dejó claro que no le importaba que yo estuviese a su lado.

Aquella situación me resultó muy morbosa y me excité como pocas veces. Mi clítoris estaba hinchado y sentía como mis labios palpitaban. Me dejé llevar y empecé a acariciar mi entrepierna. Mis movimientos se unieron a los suyos haciendo más que evidente lo que estábamos haciendo cada una. Las dos lo sabíamos, y aquello nos excitaba aún más.

Ella se soltó y comenzó a gemir suavemente. A cada gemido suyo, me mojaba más y más. Introduje dos dedos en mi, imaginando que ella estaría haciendo lo mismo; al tiempo que el índice de mi otra mano rozaba ligeramente mi clítoris, imaginando que era su lengua quien me lo lamía. No sé en que podía estar pensando ella mientras se masturbaba, pero yo lo hacía pensando en ella. La sentía gemir y sus movimientos eran cada vez más rápidos y más fuertes. Podía oler su humedad, su sexo, e imaginaba mi lengua en él, lamiendo cada gota de su flujo. Estaba apunto de abalanzarme sobre ella, de comerla entera, pero el sentido común pudo sobre mi parte más animal y seguí masturbándome.

Espontáneamente su cuerpo se tensó y su largo gemido me hizo saber que se había corrido. Yo seguí masturbando mi clítoris e introduciendo los dedos en mí, imaginado mi boca entre sus piernas justo en el momento en que se corría, llenándomela de su flujo. Y con esa imagen en mi cabeza, sin poder controlarlo, tuve un gran orgasmo que mojó por completo toda mi mano.

-“¿Tienes un clínex?”- me preguntó entre risas.
-“En el primer cajón de tu mesilla, y pásame uno a mí también, anda…”

Y tras limpiarnos, las dos nos dimos media vuelta y nos dormimos. 



17 comentarios:

  1. Guauuuuuu!!!x eso m encantas.eres comedidamente maravillosa sabes?yo con un amigo mio tambien durante años nos pajeabamos juntos.lo unico q luego nos enteramos los 2qeramos bisex.m encanra el relato ya ni solo x lo morboso en si x ser la persona q era...sino tambien x el exquixito trato respetutorio hacia ella y sus deseos sexuales.fenomenal.una vez mas te has superado cariño.ta te digo este tiene algo en especial tu lo sabes a q si???las fantasias volaban y esta vez t sorprendio tu amiga ji ji ji.un besito humedo.muakssss!!!

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  2. Graciass guapetón... tengo unas amigas que me matan a dedos!!! ;)

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  3. Pues muy divertido tu relato!! Sobretodo el morbo de saber que tu amiga se está masturbando y tu te pones a mil y acabas haciendo lo mismo que ella! Si tu amiga hubiera sido bisexual igual habríais acabado haciendolo la una a la otra!! Genial relato y... divertido ;)

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  4. Gracias, y que no te quepa duda de que si ella hubiese sido bisexual, me hubiese abalanzado sobre ella... ;)

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  5. Una situación muy morbosa, desde luego, y además estupéndamente narrada :)

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  6. bonito relato, el imaginaros por Oviedo lo hace mas morboso todavia.

    Saludos

    Asturcon-42

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  7. Cálida compañia la que tuviste en tu lecho.., con la que gozaste sin tocaros, sólo de la sublime excitación de ver y vivir ese momento onanista siempre excitante...

    Yo lo he vivido con una mujer, como tu lo visites con tu amiga y fue el placer llevado a su culminación solitaria en compañía...

    Gracias por contarlo...

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  8. Gracias a ti por leerlo y tu comentario... ;)

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  9. Muy buen relato, lo mejor es el morbo de saber lo que hace ella a tu lado, una fantasía hecha relaidad. Y muy buen detalle con el taxista, a veces sólo con ver cómo te acomodas en el asiento enseñando la braguita es suficiente para una buena paja, osea que si hay rollo lésbico la cosa se enciende y mucho.

    bye
    pantia

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  10. Grrrrrr... que menos que alegrarle la noche un poco... ;)

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  11. que pena no poder estar en el medio de las 2, me ha encantado tu relato guapa

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  12. un muy calentito relato, como sueles relatarlos, jejeje.... pero nos queda la duda de saber si le preguntaste a tu amiga en que estaba pensando mientras se masturbaba?? #BesosConLenguaS

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  13. Sí se lo pregunté, pero su respuesta me la reservo para mi.. ;)

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  14. Que gran relato! Lastima que tu amiga no fuese bi..el final podría haber sido apoteósico! ;)

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