Páginas

Un quinteto


UN QUINTETO
(relato verídico)


Como muchos sabéis, hace unos pocos sábados organicé una pequeña quedada con cuatro de mis followers en Twitter. Para la ocasión, alquilé un pequeño apartamento duplex en el que habitualmente suelo organizar alguna que otra fiesta.

Diez y media de la noche. Hora de empezar a prepararse, solo quedan treinta minutos para que empiecen a llegar. Desnuda, mientras hidrato la piel, imagino alguna de las escenas que se darán en esa cama. Mis dedos rozan mi sexo y compruebo la humedad que hay entre ellos. Con una mano los abro mientras que, con los dedos de la otra, me froto esparciendo toda esa humedad a lo largo de mi sexo facilitando que estos puedan deslizarse por mi abultado clítoris. Lo presiono ligeramente y siento una fuerte excitación. Comienzo a trazar unos movimientos circulares sobre él y noto como mi humedad crece aún más. Decido parar y esperar bien caliente a mis cuatro acompañantes de esa noche.

Me pongo el vestido que espera sobre la cama, uno ajustado de encaje color frambuesa, que deja entrever mis curvas.

Once y cuarto de la noche. Ya han llegado todos. Presentaciones de rigor y nos tomamos unas cervezas mientras charlamos amenamente.

Once y media de la noche. Mientras siguen hablando, mi imaginación comienza a volar. Me veo desnuda entre ellos, sintiendo sus manos sobre mi sexo y viendo sus miembros erectos. 

Con mis piernas cruzadas, empiezo a apretar mis muslos presionando mi clítoris. Apretando y aflojando voy masajeándolo. Toda aquella situación me parece muy morbosa ya que ninguno sabe o se imaginan lo que estoy haciendo.

Doce menos cuarto de la noche. Noto la humedad entre mis muslos y decido que es hora de empezar la fiesta. Así se lo hago saber a todos, invitándoles a subir al piso superior.

De rodillas, sobre la cama les hago una señal para que se acerquen y así empezar la fiesta.

Al instante me veo rodeada por tres de ellos. Mi corazón se acelera cuando sus manos comienzan recorrer mi cuerpo, mientras le como la boca a uno. Me falta el cuarto. Miro de reojo y que veo que está sentado en una butaca mientras observa la escena. Aquello me excita aún más.

Unas manos se cuelan bajo mi vestido mientras otras acarician, por encima de él, mis duros pezones. Comienzo a desnudarme y ellos hacen lo mismo. Ante mi tengo a cuatro chicos totalmente desnudos y, viendo sus miembros erectos, con ganas de sexo.

Me acerco a uno de ellos y, poniéndome en posición perrito, comienzo a comer aquel exultante miembro. Con mi lengua recorro su glande, lamiéndolo, chupándolo, mientras oigo sus gemidos de placer. Al tiempo que lo hace, unos dedos masajean mi clítoris mientras introduce enérgicamente otros dentro de mí. Por un momento no sé cuál de los cuatro es y precisamente eso es lo que convierte la situación en excitante y morbosa.

Sigo lamiendo aquel glande alternando con otro que tengo también a mi lado. Mi lengua juega con cada una de ellos, mirándoles a los ojos para poder ver su expresión de deseo. Entre mis piernas abiertas y en la misma posición, una lengua comienza a lamer mi clítoris. Instintivamente agacho mi sexo para notarla bien. Siento como mi flujo sale de mi y me excita saber que está cayendo en aquella lengua, mezclándose con su saliva.

Me incorporo para buscar aquella lengua que me ha estado lamiendo. Quiero probar mi propio sabor en su boca. Su lengua y la mía empiezan a jugar, enredándose, mientras mis manos masturban su sexo. Está duro, firme y lo único que puedo pensar es en las ganas que tengo de tenerla en mi boca, de que mi lengua juegue con ella. Me agacho, colocando mi culo en pompa hacia los otros tres.

Mientras sigo lamiéndolo  escucho como tras de mi abren un preservativo. Sé lo que va a ocurrir. Una polla entra dentro de mí. Mientras me embiste, continuo comiéndola mientras que, con una de mis manos, masajeo mi clítoris. Noto toda la humedad resbalando entre mis dedos. El olor a sexo, aquella polla en mi boca, la otra embistiéndome, sus gemidos, los míos… hacen que, sin poder controlarlo, alcance un fuerte orgasmo.

Me incorporo y me encuentro de lleno con otra nueva polla, esperando y deseando ser lamida. Me agacho y comienzo nuevamente a lamer aquella otra, jugando con mi lengua alrededor de su glande.

Nuevamente, escucho un ruido familiar. El envoltorio de un preservativo rasgándose. Es el turno de otras nuevas embestidas. Me tumbo y abriendo bien mis piernas recibo aquella nueva polla. Colocando mis piernas sobre sus hombros, comienza a follarme fuertemente. A cada una de sus embestidas, noto como me voy mojando más y más. Siento mis labios hinchados y palpitantes por la excitación. Nuevamente alcanzo un nuevo orgasmo.

Al fondo veo a otro de ellos sentado, masturbándose y con su sexo a punto de caramelo. Me dirijo hacia él con intención de probarlo también. Lo tumbo sobre la cama y comienzo a lamerle, mirándole lascivamente a los ojos. Quiero que pierda por completo el control. Tras unos minutos, veo en sus ojos una expresión que me indica que está apunto. Cojo un preservativo y se lo coloco al tiempo que me dejo caer sobre él. Comienzo a follarle fuertemente moviéndome hacia delante y hacia atrás. Siento como mi flujo resbalaba y como mojo su pubis. Sé que él también lo está notando. Aún se hace más palpable cuando me corro sobre él. 

Uno de los recuerdos que tengo grabados en mi mente, es el momento en el que me vi rodeada por cuatro pollas y una a una fui lamiéndolas y masturbándolas. No recuerdo exactamente las veces que me corrí ni las veces que lo hicieron ellos. Lo que si recuerdo es la cantidad de envoltorios de preservativos que aparecieron por el suelo y mesitas, una vez terminada la fiesta.  

4 comentarios:

  1. Sabes hacer que queramos más y más de ti... y sin duda haces que los que te seguimos deseemos ser los que un día podamos gozar con el placer de ser quiene sintamos todo eso que sabes crear...

    Afortunados ellos...
    Maravillosa tu...

    Un beso preciosa...

    ResponderEliminar
  2. Gracias guapetón. Nunca se sabe lo que puede ocurrir en un futuro... ;)

    ResponderEliminar
  3. haces que me atreva a realizar una experiencia igual a la tuya , pues al leerla me doy cuenta de que es maravilloso realizar los mas intimos deseos

    ResponderEliminar